Las metáforas configuran nuestra comprensión del mundo, influencian nuestras decisiones y, en el contexto corporativo, construyen la cultura organizacional. En el universo de Compliance, las metáforas actúan como un mapa que guía la percepción de riesgos, el manejo de conflictos éticos y la forma en que se interpretan los valores de una organización.
"Romper barreras", "guerra por el mercado" o "navegar en aguas turbulentas" son metáforas que ilustran, pero también determinan cómo los empleados y líderes enfrentan los desafíos. Estas imágenes, cargadas de emociones y significados implícitos, pueden motivar acciones positivas o perpetuar dinámicas nocivas. Por ejemplo, una metáfora heroica puede inspirar sacrificio y compromiso, pero también justificar condiciones laborales precarias y expectativas irrazonables.
El desafío para las organizaciones es utilizar las metáforas como una herramienta consciente y estratégica, asegurándose de que estén en armonía con los valores corporativos. Porque, en última instancia, las palabras no solo comunican, sino que también construyen realidades. El poder de la metáfora radica en su capacidad para transformar tanto la percepción como la acción, moldeando organizaciones que prosperen con integridad y propósito.
Por Raúl Saccani
El impacto transformador de las metáforas
El lenguaje, actor silencioso pero decisivo, es una herramienta para la comunicaciónque modela realidades, articula culturas y establece el marco a partir del cual las decisiones son percibidas y tomadas. Dentro de este contexto, las metáforas ocupan un lugar preponderante. Estas figuras retóricas, que trasladan conceptos de un dominio conocido a otro más abstracto o complejo, enriquecen el discurso e influyen en la forma en que las personas interpretan los desafíos, los riesgos y las oportunidades que enfrentan en sus entornos laborales.1 2
Nos proponemos examinar el impacto de las metáforas en el ámbito corporativo, con énfasis particular en su influencia sobre la percepción del riesgo, la construcción de la ética organizacional y la toma de decisiones. Desde metáforas que evocan heroísmo y sacrificio, como los "trabajadores de primera línea" durante la pandemia, hasta aquellas que enmarcan el liderazgo a través de la "visión" o el "tone-at-the-top", el lenguaje que utilizamos comunica, y también condiciona.
En un contexto de creciente complejidad, donde la ética y el Compliancese encuentran en un continuo estrés, resulta imperativo reflexionar sobre cómo el uso consciente de las metáforas puede ser un motor para construir culturas organizacionales más integradoras y sostenibles. Sin embargo, las metáforastambién tienen potencial para distorsionar la realidad, perpetuar desigualdades o reforzar comportamientos contrarios a los valores corporativos proclamados. Como bien señala la lingüística contemporánea, las palabras no son inocentes: construyen mundos. El desafío radica, entonces, en asegurarnos de que esos mundos sean dignos de habitar.
El lenguaje y la percepción del riesgo
En el ámbito organizacional, donde las decisiones son frecuentemente tomadas bajo incertidumbre y presión, las metáforas desempeñan un papel crítico al dotar de significado a conceptos complejos y abstractos.Como destacan Hauser y Fleming (2021), al hablar de "incendios monstruosos" o "tormentas furiosas", las metáforas encapsulan un universo de emociones y asociaciones que moldean nuestra percepción de urgencia y gravedad3 . En contextos corporativos, términos como "crisis financiera" o "tormenta perfecta" generan imágenes mentales que influyen en la manera en que los líderes y equipos priorizan recursos y respuestas.
Esta misma herramienta puede ser contraproducente si se emplea de manera inapropiada. Metáforas que sugieren inevitabilidad, como "una bola de nieve imparable", pueden generar parálisis o resignación entre los empleados. Por ello, es crucial considerar no solo el contenido de las metáforas, sino también el contexto y las audiencias a las que van dirigidas.
El framing, entendido como el acto de presentar información dentro de un marco específico, amplifica el impacto de las metáforas en el entorno organizacional. Cuando un riesgo se describe como una "amenaza inminente" versus un "reto manejable", la respuesta de los equipos puede variar considerablemente. Esta distinción tiene implicancias significativas en la planificación estratégica y en la implementación de programas de Compliance.
En su obra HigherGround, Alison Taylor señala que el framing puede ser una herramienta de empoderamiento, pero también un vehículo para perpetuar narrativas sesgadas que refuercen el miedo o la desconfianza dentro de las organizaciones. Un framing consciente y ético, por el contrario, puede fomentar culturas resilientes que respondan al riesgo con creatividad y colaboración.
Sobre el tiempo y el agua
¿Qué palabras podríamos usar sobre la atmósfera que todos respiramos, sobre la forma en que la humanidad está cambiando la composición de esa atmósfera? ¿Qué palabras aplican cuando la gente se preocupa por el futuro del océano, por su ecosistema? ¿Qué palabras deberíamos usar para las selvas tropicales, dado que son nada menos que los pulmones de la Tierra? ¿Deberíamos extraer las palabras de la ciencia, las emociones, las estadísticas o la religión? ¿Qué tan personales y sentimentales podemos llegar a ser? ¿Es posible utilizar expresiones exageradas de afecto, economía fría, metáforas militares o filosofías complejas? ¿Derecha? ¿Izquierda? ¿Hermoso? ¿Feo? ¿Crecimiento económico? ¿Es la Tierra una materia prima infrautilizada, una santidad infinita, o las zonas vírgenes deben reducirse a cuadros y gráficos sobre el valor económico y social de la naturaleza?
En su libro "On Time and Water” el poeta islandés AndriSnaerMagnason se pregunta qué lenguaje necesitamos para describir nuestra crisis ecológica para que la humanidad finalmente actúe. ¿Cuáles son las metáforas poderosas que impulsarán la acción? Sin el desarrollo de ese lenguaje, el cambio no puede ocurrir. Estamos atrapados en un viejo vocabulario que limita lo que podemos ver y hacer.
La voz como metáfora de ética y poder
La voz, en su sentido más amplio, simboliza mucho más que la capacidad de hablar. Representa el poder de participación, la posibilidad de influir en decisiones y, en última instancia, el acceso a la justicia dentro de un sistema. En el ámbito organizacional, donde las estructuras jerárquicas y los intereses compartidos convergen, la metáfora de la voz cobra un significado particular. Tener "voz" implica ser reconocido como un agente activo dentro del sistema3 . Sin embargo, no todas las voces son escuchadas de igual manera. La metáfora de "ser silenciado" refleja no solo la exclusión, sino también una desconexión ética en la cultura organizacional.4
Los sistemas que promueven canales efectivos para que los empleados expresen preocupaciones, ideas y denuncias éticas no solo empoderan a sus miembros, sino que también fortalecen la confianza interna. Según Matthias Kleinhempel, los sistemas de reporte efectivos no son meros mecanismos de Compliance, sino un reflejo de la salud ética de la organización (Los Ocho Pilares del Compliance, Pilar 6).5
Uno de los espacios donde la metáfora de la voz se vuelve más tangible es en los canales de denuncia. Hablar, en este contexto, implica asumir riesgos personales en beneficio del colectivo. Sin embargo, la efectividad de estos sistemas depende, en gran medida, de cómo las organizaciones estructuran y comunican la protección para los denunciantes.
El dilema del denunciante (Whistleblowers’ Dilemma) describe el conflicto entre lealtad y moralidad que enfrentan quienes consideran reportar irregularidades. Las organizaciones que enmarcan su discurso en torno a la lealtad absoluta, a menudo descrita en términos como "somos una familia"o "aquí nos cuidamos entre todos", pueden disuadir a los empleados de hablar, incluso en situaciones graves. Este fenómeno destaca la necesidad de un lenguaje organizacional que refuerce la justicia y la integridad por encima de las dinámicas de poder. Así, los empleados pueden sentirse atrapados entre su deseo de cumplir con expectativas implícitas de lealtad y su obligación moral de denunciar irregularidades. Este conflicto mina la efectividad de los sistemas de Compliance, inclinando la balanza hacia decisiones que privilegien la lealtad en detrimento de la justicia.6
Para contrarrestar los riesgos de una lealtad mal canalizada, las organizaciones deben priorizar la moralidad como principio rector. Esto requiere un cambio en el lenguaje corporativo, alejándose de metáforas paternalistas o bélicas hacia un discurso que promueva la transparencia, la equidad y la justicia.Por ejemplo, el uso de metáforas de construcción, como "juntos estamos construyendo algo más grande", puede reforzar la colaboración sin sacrificar los principios éticos. Asimismo, es crucial que las organizaciones comuniquen de manera explícita su compromiso con la protección de denunciantes y la resolución justa de conflictos, mostrando que la moralidad no está en oposición a la lealtad, sino que la complementa.
Tensión entre eficiencia y valores
En el lenguaje corporativo contemporáneo, los términos orientados a la eficiencia, como "rentabilidad", "optimización" o "retorno sobre la inversión", a menudo coexisten en tensión con conceptos de valores fundamentales como "integridad", "transparencia" y "ética". ¿Cómo reconciliar estos dos enfoques mediante un lenguaje que integre hechos y principios?
La literatura en ética organizacional destaca una desconexión persistente entre el lenguaje de la eficiencia y el de los valores. Como señala Thomas Donaldson en el Research Handbook on Organisational Integrity, estos dos "juegos lingüísticos" son difícilmente traducibles entre sí. Mientras que el primero se centra en métricas cuantificables y resultados financieros, el segundo aboga por principios éticos y bienestar social.Por ejemplo, decisiones orientadas exclusivamente por la eficiencia pueden descuidar implicaciones éticas, como el impacto ambiental o los derechos de los empleados, erosionando la confianza de los stakeholders y poniendo en riesgo la sostenibilidad a largo plazo. La presión para alcanzar objetivos a corto plazo, incluso a costa de comprometer principios fundamentales, puede fomentar dinámicas de "ceguera motivada" donde las personas racionalizan decisiones cuestionables como necesarias para cumplir con métricas organizacionales.
Donaldson propone una fórmula práctica para reconciliar estas dos perspectivas aparentemente opuestas: "Valores profundos + Hechos = Acción justificada". Esta aproximación no implica abandonar el lenguaje de la eficiencia, sino enriquecerlo con principios éticos. Por ejemplo, en lugar de hablar exclusivamente de "crecimiento rentable", las organizaciones pueden enmarcar sus objetivos como "crecimiento sostenible", destacando tanto la viabilidad financiera como el compromiso con la sostenibilidad ambiental y social.
Además, el lenguaje puede ser un catalizador para alinear a los empleados con una visión compartida. No se trata de elegir entre eficiencia y valores, sino abrazar ambos como componentes esenciales de una narrativa organizacional coherente. La verdadera eficiencia no reside únicamente en maximizar resultados, sino en hacerlo sin comprometer los principios que definen a una organización responsable.
El doble filo de las metáforas inspiradoras
El lenguaje organizacional, al igual que las culturas que ayuda a construir, está lleno de matices y ambigüedades. Las metáforas, en particular, tienen el poder de inspirar y motivar, pero también de distorsionar y deshumanizar.Durante la pandemia, los "trabajadores de primera línea" fueron retratados como héroes, un lenguaje que buscaba reconocer su dedicación y sacrificio en momentos de crisis. Este uso de metáforas heroicas tuvo un impacto positivo inicial, motivando a los empleados y generando un sentimiento de orgullo y propósito compartido. La metáfora sirvió como un recordatorio de la importancia de su labor, elevando su posición en el imaginario colectivo y fortaleciendo la percepción de su valor social.Sin embargo, este mismo lenguaje puede justificar, consciente o inconscientemente, la normalización de condiciones laborales precarias. La idea de "heroísmo" puede implicar sacrificios desproporcionados, como largas jornadas, exposición a riesgos innecesarios y falta de compensación adecuada. En este sentido, las metáforas heroicas pueden deshumanizar al convertir a los individuos en símbolos de esfuerzo colectivo, restándoles agencia y ocultando sus necesidades individuales.
Las organizaciones que dependen excesivamente de este tipo de metáforas corren el riesgo de desviar la atención de problemas estructurales, como la falta de recursos adecuados o el agotamiento físico y emocional de sus equipos. Esto puede perpetuar dinámicas laborales tóxicas bajo el pretexto del "compromiso con la causa".
El desafío radica en encontrar un equilibrio: usar metáforas que inspiren sin imponer, que eleven sin deshumanizar. La verdadera inspiración surge cuando las palabras reflejan tanto los logros como las realidades de quienes las encarnan.
El framing y la toma de decisiones éticas
En la toma de decisiones organizacionales, el framing -o cómo se enmarca la información- tiene un impacto significativo en la forma en que los individuos interpretan y responden a los dilemas éticos. El uso estratégico del framing puede moldear decisiones organizacionales y mejorar la efectividad de programas de Compliance y cultura ética.
Una misma situación puede percibirse de manera diferente según el lenguaje utilizado. Por ejemplo, enmarcar un programa de sostenibilidad como una "oportunidad de crecimiento" tiende a generar mayor entusiasmo que describirlo como un "esfuerzo para mitigar riesgos ambientales". En el ámbito de Compliance, un framing efectivo puede facilitar la toma de decisiones correctas al resaltar los valores organizacionales y minimizar la ambigüedad. Sin embargo, si se emplea de manera negligente o manipuladora, puede conducir a comportamientos que prioricen objetivos de corto plazo a expensas de la integridad.
Es por ello que el framing es particularmente relevante en el diseño e implementación de programas de Compliance. Las organizaciones que comunican sus políticas y procesos a través de un lenguaje positivo y motivador tienden a obtener mayor compromiso de los empleados. Por ejemplo, describir un código de conducta como "una guía para proteger nuestros valores compartidos" es más efectivo que presentarlo como "una lista de reglas que deben cumplirse".Asimismo, el framing puede ayudar a superar la resistencia inicial que suelen generar las iniciativas de ética y Compliance. Al posicionar estas prácticas como elementos centrales para el éxito organizacional y el bienestar colectivo, las empresas pueden fomentar una cultura de responsabilidad compartida. Por ejemplo, narrativas que enfatizan historias reales o impactos humanos tienen un poder transformador, especialmente en momentos de crisis: destacar cómo una decisión ética ha mejorado la vida de los stakeholders puede ser más convincente que simplemente mostrar métricas de cumplimiento.
Welcome to the jungle
El lenguaje corporativo, al igual que la jungla que describe Guns N’ Roses, puede ser un lugar fascinante y peligroso a la vez. Está lleno de desafíos inesperados y oportunidades de transformación. Las palabras son los machetes para abrirnos paso en la espesura, pero también pueden construir trampas si no se manejan con cuidado. Las metáforas y el framing comunican, configuran culturas, influyen en las percepciones y definen las decisiones que moldean el destino de las organizaciones.
En esta jungla, las metáforas bélicas pueden catalizar acción y enfoque, pero también perpetuar dinámicas de confrontación que erosionan la confianza interna. De igual manera, las metáforas de lealtad mal entendida pueden silenciar voces que deberían resonar con fuerza en defensa de la integridad. Mientras tanto, el equilibrio entre eficiencia y valores puede parecer un camino estrecho y resbaladizo, pero es precisamente en esa tensión donde se define el carácter ético de una organización.
El lenguaje deja de ser un recurso para describir el mundo y se convierte en la fuerza que lo moldea. Quienes se atrevan a usarlo con conciencia, intención y ética, descubrirán rutas nuevas y la posibilidad de transformar el entorno que habitan ¿Avanzamos, construimos o quedamos atrapados en la maraña? ¿Estás listo para usar el poder del lenguaje? Welcome to the jungle.
Welcome to the jungle, it gets worse here every day
You learn to live like an animal in the jungle where we play
If you got a hunger for what you see, you’ll take it eventually
You can have anything you want, but you better not take it from me.
El cantante Axl Rose se atribuye la creación del título y la letra de la canción, que se inspiraron en su propio viaje como veinteañero que se mudó a Hollywood en 1982 y en un encuentro que tuvo una vez con un homeless cuando él y un amigo bajaban de un autobús rumbo a Nueva York, quien gritó "¿Sabes dónde estás? Estás en la jungla, nena. Vas a morir".
“Era una letra muy reveladora, con una honestidad absoluta”, dijo Slash, el guitarrista de la banda. “Si vivieras en Los Ángeles, y si hubieras vivido en las trincheras, por así decirlo, te podrías identificar con ella. Y conociendo a Axl, podía entender exactamente de dónde venía”.
Welcome to the jungle, we got fun and games
We got everything you want, honey, we know the names
We are the people that can find whatever you may need
If you got the money, honey, we got your disease.
Dejando atrás un éxito tras otro, incluyendo “Paradise City”, “Welcome to the Jungle” y “Sweet Child o' Mine”, Appetite for Destruction alcanzó el número 1 en la listaBillboard 200 de Estados Unidos tras su lanzamiento y se convirtió en el séptimo álbum más vendido de todos los tiempos en los Estados Unidos, así como en el álbum debut más vendido con más de 30 millones de copias vendidas en todo el mundo.8
Disclaimer
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Referencias
1 Lakoff, G., & Johnson, M. (1980). Metáforas por las que vivimos. Chicago, IL: Editorial de la Universidad de Chicago.
2 Benoit-Barné, C., & Martine, T. (2021, 9). Una metáfora y su significado para la comunicación organizacional. En C. Benoit-Barné, T. Martine y C. Benoit-Barné (Ed.), Hablando con una sola voz (pp. 1-18). Nueva York: Routledge.
3 Hauser, D., & Fleming, M. (2021, 10). La furia de la madre naturaleza: las metáforas antagonistas de los desastres naturales aumentan los pronósticos de su gravedad y fomentan la evacuación. Comunicación Científica, 43(5), 570-596.
4 Pomeroy, J. Voice as a metaphor (2024, June 2) | LinkedIn.. https://www.linkedin.com/pulse/voice-metaphor-james-pomeroy-bln3e/.
5 Noort, M., Reader, T., & Gillespie, A. (2019, 8). Alzar la voz para prevenir daños: una revisión sistemática de la literatura sobre la voz de seguridad. Ciencia de la Seguridad, 117, 375-387.
6 Kleinhempel, M. (2021). Los ocho pilares del compliance: reflexiones y propuestas, 1ra. Edición revisada, Temas Grupo Editorial, Buenos Aires.
7 Berry, Z. (2024, January 29). Are whistleblowers seen as heroes or snitches? It depends. Kellogg Insight. https://insight.kellogg.northwestern.edu/article/are-whistleblowers-seen-as-heroes-or-snitches?#!
8 Benitez-Eves, T.(2022, July 1). The Meaning behind Guns n’ Roses’ Hair-Raising 1987 hit “Welcome to the Jungle” American Songwriter. https://americansongwriter.com/meaning-behind-guns-n-roses-welcome-to-the-jungle-lyrics/.
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