Está de moda pensar como va a ser el trabajo del Área de Compliance en el futuro. Algunas tendencias en el enfoque del Gobierno Corporativo (como la discusión sobre el propósito de la compañía, la triple bottom line, ESG) y de la gestión de riesgos (riesgos reputacionales, y riesgos de ética & compliance) se empiezan a reflejar en los objetivos y la forma de trabajo del área de ética & compliance:
Se observa una fuerte ampliación de los temas del trabajo. Lo que empezó hace muchos años con anticorrupción, hoy abarca un creciente abanico de temas adicionales desde la protección y privacidad de datos hasta diversos temas de compliance relacionados con discriminación, acoso, condiciones de trabajo y la cadena de valor, para nombrar solo algunos. Como los cambios en las diferentes empresas, sectores y regiones se producen con distintas velocidades, los mundos de compliance también lo hacen y son de los más variados. No hay ni dos Compliance Officers con funciones y responsabilidades iguales. Lo que en una empresa es una posición poderosa y estratégica, en otras es un abogado de poco peso en el Área de Legales y lo que en algunas empresas es limitado a anticorrupción, en otras abarca de todo.
Contribuye también que compliance es una profesión todavía relativamente joven que está buscando su camino, y que el lento desarrollo de los principios generales para abordar estas cuestiones lleva tiempo. (Ver acá).
Se agrega que la pandemia ha acelerado la digitalización de los modelos de negocio, de muchos procesos (también los de Compliance) y la virtualización del trabajo. Así se ha creado una sensación de más cambios y mayor incertidumbre.
En tiempos así es entendible, que todos buscan indicios sobre el futuro para tener al menos la ilusión de cierta predictibilidad.
Hay una gran cantidad de estudios y encuestas entre Compliance Officers sobre lo que esperan de lo que va a ser su trabajo en el futuro. A modo de ejemplo (ver aquí y aquí).
Las respuestas se pueden ordenar en dos categorías: El QUÉ y el CÓMO.
En el QUÉ, las respuestas se concentran en:
- Ampliación del scope del trabajo con más temas, como DDHH, ESG, protección y privacidad de datos debido a más regulaciones internacionales y locales
- Mayor énfasis en los Riesgos en la Cadena de Valor más allá de los riesgos de corrupción (local e internacional)
- Mayor fomento de una cultura de ética y transparencia
- Reconocimiento como una función transversal y crítica para el negocio (lo que el Departamento de Justicia de los EEUU denomina una “posición estratégica”).
En el CÓMO, las respuestas giran alrededor de la tecnología:
- Data como motor de la actividad de Compliance
- Inteligencia Artificial
- Análisis de datos
En otras palabras: Nada nuevo, sino una evolución de la actualidad. Por supuesto nadie sabe si esto va a ser así o si estos pronósticos son solo el resultado de una falta de imaginación.
Llama la atención que está ausente el desafío generacional: Los millenials (los que nacieron después de 1980) y GenZ (los que nacieron después de 1997) están avanzando en las empresas en sus carreras. En empresas tecnológicas como MercadoLibre, Google, etc son ya la gran mayoría de los empleados.
Trabajan y se relacionan en forma muy diferente (ver acá) tienen objetivos diferentes y son aún menos dispuestos a “aguantarse” sesiones largas de compliance con filminas tras filminas de PowerPoint (y acá) .
Los programas actuales de Ética & Compliance con su estructura rígida de políticas, comunicación y entrenamientos son diseñados desde y para las generaciones anteriores. Los Compliance Officers, por lo general no tan jóvenes y además mayormente abogados, acostumbrados a pensar en categorías estructuradas y meticulosas van a tener que encontrar formas radicalmente nuevas para llegar a las nuevas generaciones. Si no, los logros de compliance de los años pasados van a perder efectividad.
El desafío es grande y los cambios necesarios también. No pueden venir de a poquito y en forma lenta, con pequeñas adaptaciones de lo existente.
Lo conversamos la semana que viene con Gustavo Regner, Director de Riesgo y Compliance (Commerce) de MercadoLibre.
Una cosa está clara: la posición del Compliance Officer requiere más que nunca una amplia gama de habilidades y una creciente capacidad de cambio, mucho más allá de los conocimientos jurídicos.