En las últimas semanas se publicaron varias encuestas internacionales sobre la efectividad de los Programas de Compliance en tiempos de covid.
El reporte anual sobre la efectividad de los programas de Ética & Compliance 2021 de LRN (ver aquí) encontró mayormente buenas noticias:
- El 87% de los expertos en Ética y Compliance dijeron que el liderazgo de sus compañías estuvo a la altura de los desafíos para hacer frente a las consecuencias de la crisis del covid
- El 85% informó que sus directorios apoyaron ética y compliance en forma efectiva
- El 82% indicó que sus organizaciones hicieron hincapié en los valores de la empresa -no sólo en las normas y procedimientos- para motivar a los empleados a hacer lo correcto en situaciones difíciles
- El 79% dijo que la cultura ética de su empresa es más fuerte como resultado de su experiencia en COVID-19.
- El 71% dijo que los ejecutivos altos integraron consideraciones de Ética y Compliance en sus procesos de toma de decisiones.
Es discutible si este último es un punto positivo o no: Que casi un 30% no piensa en la ética y temas de compliance al tomar decisiones es una muy mala noticia y explica las malas noticias al final de este comentario.
No sorprende que los resultados son aún más positivos en empresas con un programa de É&C con alto impacto y marcadamente menos positivos en las empresas con Programas de É&C de bajo impacto:
Los resultados demuestran que una conducción empresarial basado en valores está fuertemente correlacionado con Programas de Ética y Compliance más efectivos. No solo dieron mejores resultados durante tiempos de crisis sino también pueden proporcionar una hoja de ruta para la "nueva normalidad" post-covid.
Tampoco sorprende que la gran mayoría de las respuestas ve sus organizaciones respondiendo con lentitud a los desafíos tecnológicos de la crisis y al repentino cambio a trabajo a distancia. Sin embargo, lo ven mayormente como una debilidad (casi) superada y el 90% prevé un mayor uso de elementos y herramientas de los Programas de É&C interactivas basados en internet.
El Global Business Ethics survey report (ver acá), publicado por la Ethics and Compliance Initiative (ECI) no trae tan buenas noticias:
- Por un lado y continuando una tendencia positiva que comenzó en 2014, los empleados que observaron una mala conducta en 2020 eran más propensos a reportar su observación que en 2017 (86% comparado con el 69%).
Los demás resultados no son tan positivos y en varios casos preocupantes:
- Solo el 21% de los empleados en los EEUU decía estar trabajando en organizaciones con una fuerte cultura ética, similar a los valores de 2017.
- Los empleados dijeron que se sienten más presionados a comprometer las normas éticas de la organización.
- En 2020 la presión por comportamiento irregular se encontró en el punto más alto que se ha alcanzado en los EEUU desde el año 2000 y se duplicó el nivel de 2017.
La presión para comprometer las normas es una advertencia tanto de la mala conducta actual como de la futura. Los empleados que trabajan en organizaciones con alta presión observan más conductas indebidas en su lugar de trabajo. La tasa en la que los empleados observan mala conducta es un indicador fundamental de la fortaleza de la cultura ética de una empresa. Es probable que las empresas con altos índices de mala conducta tengan programas de cumplimiento inefectivos, una falta de responsabilidad y líderes senior que no comunican la importancia de la ética en el lugar de trabajo (ver aquí).
- El 79% de los empleados dice haber sufrido represalias tras denunciar una conducta indebida. También este valor es el más alto que se ha registrado en Estados Unidos y casi se ha duplicado desde 2017.
Hay grandes diferencias entre las respuestas de los altos ejecutivos y los empleados no ejecutivos:
- El 33% de los altos ejecutivos, pero solo el 17% de los empleados dicen trabajar en una organización con una cultura ética fuerte.
- El 51% de los altos ejecutivos, pero solo el 12% de los empleados sienten presión por conductas indebidas
- El 92% de los altos ejecutivos, pero solo el 45% de los empleados sufrieron represalias.
Los resultados de las dos encuestas son una mezcla entre señales positivas y negativas. Parece que la crisis de covid dio un empujón en la dirección correcta. Preocupa el fuerte incremento en dos aspectos fundamentales de los Programas de Ética & Compliance (presión y represalias).
Algunos resultados requieren de mayor análisis para su comprensión, como las grandes diferencias de visión que tienen altos ejecutivos y empleados de los mismos aspectos.
Otros dejan dudas por su aparente inconsistencia. Si más del 80% de los directores ponen énfasis en los valores y apoyan proactivamente temas de ética y compliance, no se espera por el otro lado que solo el 33% de los altos ejecutivos se ve trabajando en una organización con una fuerte cultura ética, el 51% sufre presiones por conductas inadecuadas y el 92% sufre represalias si las denuncia. Queda la pregunta si estas inconsistencias son la consecuencia de diferencias entre las muestras, son el reflejo de un sesgo cognitivo que causa exageraciones en lo bueno y/o en lo malo o si simplemente es un indicio que hay que tener mucho cuidado con encuestas en general.