A partir de la sanción de la Ley 27.401 de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas, muchos se preguntan de qué manera pueden instaurar en el menor plazo posible y a un costo razonable un programa de integridad.
Especialmente las Pymes, requieren de herramientas de limitada complejidad y bajo costo que les permitan avanzar en la implementación de programas de integridad. Las Acciones Colectivas son una herramienta útil en este sentido y tienen una serie de beneficios generales para su lucha contra la corrupción y otras malas prácticas en los negocios (ver el libro “A practical guide for Collective Action in the fight against Corruption”) a los que se suma la posibilidad concreta y actual en la Argentina de constituirse en una herramienta de colaboración entre Pequeñas y Medianas Empresas que juntas deseen avanzar con medidas tendientes a cumplir con la Ley de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas.
A través de iniciativas de Acciones Colectivas conjuntos de Pymes pueden buscar la instalación de estándares éticos en su empresa y en su sector industrial. Para más detalles, vea esta nota aquí.
La ley 27.401, establece en sus artículos 22 y 23 tres exigencias: 1. La existencia de un código de ética, o políticas y procedimientos de integridad; 2. Tener reglas y procedimientos de prevención de ilícitos en cualquier interacción con el sector público; y 3. Proporcionar capacitaciones periódicas sobre el Programa de Integridad y además, una larga lista de opcionales que al final no serán tan optativos (como por ejemplo: el mapeo periódico de riesgos mencionado en el artículo 22 que indefectiblemente es la base de cualquier programa de integridad).
Recientemente la Oficina Anticorrupción ha publicado un borrador de la Guía de implementación de estos elementos. En el mismo, se admite que las Pymes pueden, al poseer menor cantidad de recursos disponibles, realizar las acciones con mayor informalidad, creatividad y búsqueda de economicidad.
La Acción Colectiva provee una herramienta práctica para iniciar el camino hacia un Programa de Integridad en un grupo de empresas que comparten riesgos y desafíos parecidos y por ende pueden compartir sus esfuerzos de resolverlos ahorrando costos y tiempo. A título de ejemplo cabe mencionar:
- Análisis de riesgos de Ética y Compliance cómo base para el Programa de Integridad.
- Definición del proceso de redacción de los distintos Códigos de Conducta
- La redacción de Políticas claves que permitan la adaptación a las particularidades de cada una de las empresas participantes
- Métodos y procesos comunes para el Due Diligence de terceros (proveedores, distribuidores, agentes, intermediarios, etc.).
- Contenidos comunes para capacitaciones de personal así como capacitaciones conjuntas de personal en roles similares.
- Capacitaciones que salgan de lo común, por medio de la realización de inversión colectiva (ejemplo juegos interactivos, e-learning)
La Acción Colectiva es una de las más prometedoras herramientas para combatir la corrupción desde y para el sector privado, que se adapta a las necesidades y las posibilidades de cada caso.
Una Acción Colectiva es un paso concreto hacia la extensión de un estándar que deja de ser exclusivo de empresas individuales para convertirse en una plataforma común de acción concertada. Tiene el potencial de crear nichos para negocios limpios en entornos riesgosos, actuando de manera diversificada contra un flagelo de extrema complejidad como lo es la corrupción.
En el caso de la implementación de programas de integridad especialmente en Pymes la acción colectiva puede tener un importante rol como posibilitador. Muchos elementos comunes a un sector se pueden realizar en conjunto, ahorrando costos y tiempos. Puede además servir como un primer paso para posteriormente agregar otros temas y estándares comunes típicos de Acciones Colectivas, que servirán para mejorar el clima de los negocios y la sana competencia en el sector.