¿Los Compliance Officers hacen lo que piden a otros?

 

La posición del Compliance Officer tiene más importancia que nunca. Su status en las organizaciones ha crecido notablemente en los últimos años. Deben reportar al Directorio o un Comité del Directorio, muchas veces al de Auditoría. Y aún en los casos en que el Compliance Officer todavía reporta al responsable de Legales, suele tener acceso directo al Directorio. Los que trabajan en subsidiarias de empresas internacionales reportan normalmente a la casa central o un headquarter regional.

En su famoso cuestionario de evaluación de Programas de Compliance de Febrero 2017 para fiscales que investigan casos de corrupción (ver acá), el Departamento de Justicia de los EEUU, aclaró que la posición del Compliance Officer es una posición estratégica que debe contar con una ubicación en el organigrama, el status y un nivel de compensación comparable a la de otras posiciones estratégicas en la organización.

Este posicionamiento del Compliance Officer se le dió para que pueda cumplir con sus responsabilidades y con las altas expectativas que los stakeholders ponen en él: no es solo asegurar el compliance regulatorio, es decir, el cumplimiento del aspecto estrictamente legal, sino que pueda cumplir con su rol de guardián del comportamiento ético de la organización, tal como lo piden los reguladores, CEOs y directores que hoy en su gran mayoría ya saben que una cultura de comportamiento ético es esencial para el éxito de la organización y no solo para evitar y eventualmente mitigar riesgos de comportamiento no adecuado.

El Compliance Officer está idealmente posicionado para esta responsabilidad: desde la alta gerencia ve e interactúa con todas las divisiones de la compañía y los departamentos de staff, y con practicamente todos lo niveles jerárquicos. Si hace bien su trabajo, conoce a la organización como muy pocos.

Le permite ser el trendspotter del CEO, apoyarlo en encontrar el adecuado Tone at the Top y propagar activamente una cultura ética en toda la organización. Para ser efectivo en esta tarea, el Compliance Officer tiene que crecer tanto como profesional y como persona: debe dejar de verse como abogado, debe entender y hablar el lenguaje de la gente de negocio y comprender sus objetivos y dilemas e intervenir activamente en la formulación de la estrategia, el diseño de los modelos de negocio y las mismas operaciones.(algunas consideraciones en este sentido se encuentran acá).  Esto no funciona desde el ángulo legal del asesor jurídico o del policia de la organización. Debe convertirse en una suerte de mujer/hombre de negocio con distancia: entendiendo todo y siendo implacable en su assessment y en el discernimiento de las situaciones desde varios ángulos: los valores plasmados en el código de conducta, el negocio y las regulaciones..

Solo si alcanza este nivel de comprensión puede conversar y trabajar con sus colegas de negocio de igual a igual como lo exige su nivel estratégico en la organización y las expectativas puestas en él. Una de estas expectativas, es lo que los Compliance Officers piden a todos:  que levanten su voz cuando observan o preven un comportamiento inadecuado. Lo tienen que hacer también los Compliance Officers con la Alta Dirección. Una suerte de Tone at the Top a la inversa: El Tone al Top (también acá).  Aunque sea difícil. Y no de manera anónima.