Justicia interna – la clave para un programa de compliance exitoso

ethical-compass-420x247Para poder diseñar un programa de Ética & Compliance (E&C) en la organización y lograr que sea efectivo, hay que diseñarlo desde la percepción de los empleados. Solo si ellos lo compran y las declamaciones desde “arriba” les resultan creíbles lo van a aceptar e internalizar en sus procesos de toma de decisiones.

Caso contrario causa cinismo y la sensación de que su objetivo es exclusivamente  cubrirle las espaldas a la Alta Dirección ante  el caso de un incidente. Así, cualquier programa de E&C se convierte en un mero tigre de papel y una burocracia de notable ineficacia.

La consecuencia puede muy bien ser una cultura de dos pisos: el oficial, documentado en los papeles y el otro informal, subterráneo y sucio, pero real.

 

La llave para que no pase esto es la justicia interna. Muchas investigaciones lo demuestran: la justicia interna (y cómo ella es percibida) es el termómetro  que les indica a los empleados los verdaderos valores que nutren el programa de E&C.

Si la organización trata a sus integrantes con justicia, y las decisiones se toman en forma justa, los empleados ven que los valores plasmados en el programa de E&C se viven en la realidad. Es un importante componente del Tone at the Top, el verdadero corazón de la cultura de la empresa.

En otras palabras: los detalles del programa de E&C en sí no importan tanto como los valores y principios sobre los cuales se lo construye y que la gente reconoce en la justicia interna (o en su ausencia).

Las consecuencias son importantes, lo hace por un lado más simple. No hace falta romperse la cabeza con demasiados detalles del programa y un manual de compliance que intenta (en vano) prever en cientos de páginas todas las situaciones posibles a ser reglamentadas. Por el otro lado aclara otra vez más: sin la verdadera convicción de los altos mandos, el programa de E&C más sofisticado no sirve para nada.

Justicia interna requiere mucha disciplina y cuidado en el día a día del trato de los colaboradores: a quién premiar, a quién castigar, a quién promover y a quién despedir, cómo y qué festejar, no tener diferentes estándares para ejecutivos y directores, no comprometer los valores por un éxito económico en un proyecto importante para la organización. La gente observa y juzga: ellos saben mejor que nadie quién hace qué, quién es un pillo y quién hace las cosas bien.

Hay que explicar mejor las decisiones que se toman (que de paso viene bien para asegurarse de que se basan en un buen análisis), dar espacio para preguntas, tener las respuestas adecuadas y observar el  manejo del poder de la organización, (personas focalizadas en su poder tienden a tratar a otros con menos justicia) y poner énfasis en el respeto que gozan aquellos que viven los valores declamados.

La importancia de la justicia interna va más allá de los programas de E&C. Empleados que sienten que viven en un entorno de justicia interna son más motivados: tienden a colaborar mejor con otros miembros de la organización y una colaboración más franca tiende a ser más comunicativa y transparente donde se tratan temas “sensibles” abiertamente y sin miedos a retaliación. Más sobre el tema se encuentra acá