Un ritual es un conjunto de actos que se realizan de forma fija y simbólica en una ceremonia o una celebración. Los rituales tienen una función social, cultural y psicológica, ya que expresan valores, creencias e identidades de los grupos humanos que los practican.Un ejemplo muy reciente y mediático de un ritual fue la coronación del rey Carlos III de Inglaterra,un evento lleno de simbolismo y tradición.Todas las organizaciones tienen rituales de equipo, desde los “happy hours” mundanos hasta acontecimientos más solemnes como las reuniones de Directorio. Pueden ser un arma de doble filo ya que ayudan a crear una identidad compartida, alinean a los equipos y los impulsan a la acción, pero también pueden segregar a los empleados, erosionar la confianza, crear prejuicios y cultivar malas actitudes. Los Compliance Officers deberán reconocen el valor de los rituales y su potencial para mejorar el comportamiento de la organización. Y lo que es más importante, pueden ayudan a dar vida a la cultura con una forma humana y atractiva, que fomente un profundo sentimiento de pertenencia. La canción de Soda Stereo “El Rito” nos deja un mensaje en clave para quienes practicamos Compliance.
La coronación del rey Carlos III, el pasado 6 de mayo, ha sido una demostración pública de la importancia de los rituales. La ceremonia tuvo lugar en la Abadía de Westminster, donde los monarcas han sido coronados desde Guillermo el Conquistador en 1066. La ceremonia, que se ha mantenido esencialmente igual durante mil años, tuvo unción, homenaje, juramento y todo tipo de simbolismos (y hasta mensajes cifrados en clave geopolítica). Corona imperial, orbe y cetro; trono con la “piedra del destino”; unción con un aceite consagrado. En cualquier otro contexto, semejante conducta abriría las puertas del neuropsiquiátrico de par en par. Pero en esta ocasión, sea para criticar o para admirar, la magia de la tradición hizo que, una vez más, el mundo preste atención a un espectáculo de solemne continuidad.
Con mucha menos pompa tenemos nuestra ceremonia vernácula: la entrega de los atributos presidenciales. El traspaso de mando es una ceremonia histórica que se ha celebrado desde el presidente Sarmiento hasta la fecha, sin contar los periodos donde la democracia fue interrumpida por golpes de Estado. Cada nuevo presidente argentino recibió los atributos presidenciales en el marco de un recambio constitucional. Uno de los máximos símbolos del regreso de la democracia fue la asunción de Raúl Alfonsín el 10 de diciembre de 1983. Se eligió esa fecha debido al aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, desde entonces, quedó marcada en la historia argentina. Que un presidente saliente se niegue a entregar los atributos al entrante es, más allá de los distintos puntos de vista, un acto cargado de simbolismo.
Los rituales suelen organizarse alrededor de una estructura teatral fija que casi siempre incluye un escenario, un argumento central y un público espectador, junto con un contenido detallado que se renueva para cada ocasión o cada época. El poder magnético del ritual se encuentra en la repetición de la estructura de la ceremonia y el simbolismo que evoca pero, a la vez, debe incluir un contenido de detalle adaptado a cada circunstancia y cada época.
Cada organización tiene sus propias ceremonias y ritos que dan forma a su cultura, aun cuando no lo noten. Desde la forma en que dan la bienvenida a los nuevos empleados hasta las celebraciones por alcanzar metas. Estos rituales refuerzan los comportamientos que las empresas recompensan (o no). Algunos son internos: los ritmos repetitivos de las evaluaciones de desempeño y las reuniones semanales, los presupuestos anuales y las reuniones de despedida de los compañeros que se van. Todos los estadios del ciclo de los colaboradores en la empresa incluyen rituales más o menos delineados, más o menos dotados de un sentido de pertenencia.También hay rituales públicos, por ejemplo,los eventos en los que se presentan los resultados luego del cierre del último ejercicio fiscal.
La reunión del Directorio es el ejemplo de la ceremonia corporativa por excelencia. Aunque su formato a veces deja bastante que desear, como ritual es importante. La gerencia hace presentaciones para demostrar que los dueños no podrían desear mejores administradores, al tiempo que un conjunto de accionistas minoritarios toma el micrófono y vocifera todo lo contrario. Puro acting, sin duda, pero no viene mal para agitar un poco al Gobierno Corporativo. Las reuniones de Directorio nos recuerdan con crudeza quién es responsable ante quién en la liturgia corporativa. Se nos presentan los alcances y los límites de lo que se considera éxito y fracaso y, también, qué se premia y qué se castiga en la organización. Bendiciones o calvarios.
Los ritos corporativos evolucionan con el tiempo o mueren. Hasta la ceremonia de coronación tuvo sus matices. Nos detenemos por un momento en la unción de Camilla como reina consorte (que cae tan antipática a quienes hubieran preferido ver ahí a Diana, la Princesa del Pueblo). Luego de ser ungida con óleo sagrado a la vista del público, a Camilla se le presentó un anillo de rubí que ha sido usado por las reinas consortes desde 1831, diseñado para simbolizar su matrimonio con la monarquía. Ella también recibió la “vara de equidad y misericordia” y un cetro cruzado revestido de cristal. Luego caminó hacia su trono y se sentó junto a Carlos, momento a partir del cual se la reconoce oficialmente como Reina Camilla. Si bien las monarcas consortes han encargado sus propias coronas desde 1761, Camilla tiene una reciclada: es la que usó la reina María en su coronación de 1911, que se reajustó con diamantes de la colección de broches de la reina Isabel. Se lo enmarcó como una opción ambiental (¿ESG?), pero varios expertos reales han notado que esta práctica sostenible evita convenientemente una posible reacción negativa sobre el diamante Koh-i-Noor , que se usó para coronar a la última reina consorte en 1937. Es que la India ha hecho varios esfuerzos para recuperar la joya, entregada “voluntariamente” a la Reina Victoria en 1849 cuando el Reino de Punjab fue anexado a la East India Company. Mejor mantener a la reliquia fuera de la conversación ese fin de semana.
Los rituales de la coronación del rey Carlos III y los rituales en las empresas son dos tipos de ceremonias que tienen algunas similitudes y diferencias. Ambos son actos simbólicos que expresan y refuerzan los valores, las creencias y la identidad de un grupo o una organización. Sin embargo, difieren en su forma, su duración, su frecuencia y participación. Los rituales son una parte importante de la vida social y organizacional, ya que nos ayudan a dar sentido y valor a lo que hacemos. Como la coronación, los rituales en las empresas también tienen su importancia y su significado. Pueden contar con diferentes elementos, como discursos, premios, brindis, música o regalos. Y diferentes funciones, como motivar a los trabajadores, fortalecer la cultura organizacional, crear un sentido de pertenencia o transmitir un mensaje al mercado.
Los rituales en las empresas se utilizan, entonces, para crear cultura y espíritu de equipo. El sector financiero, por ejemplo, tiene la arraigada costumbre de entregar "lápidas" a clientes y banqueros cuando se cierra una transacción. Las lápidas originales eran anuncios en los periódicos, llamados así porque su diseño se asemejaba a las inscripciones de una lápida. Las versiones modernas se conocen a veces como "juguetes de las transacciones". Puede que no tengan mucho valor intrínseco, pero el ritual sobrevive como recompensa, como conmemoración y, en parte, como regalo.
Viene a la memoria de este articulista una anécdota que ilustra la intersección entre los rituales y el behavioral compliance. En las fuerzas de seguridad es habitual cumplir con guardias rotativas y, en este caso, cada dos semanas se cumplía con una que comenzaba los sábados a las 7 de la mañana y terminaba después del mediodía, previo a compartir una comida (el ritual) con los colegas a los que le haya tocado en suerte esa guardia. Frente a las reiteradas llegadas tarde generalizadas, la superioridad instituyó un mecanismo: el último en llegar pagaba el asado para todos. Por un tiempo la medida fue muy efectiva. Luego, fue racionalizada como un costo más de las salidas los viernes por la noche. Eran otras épocas.
¿Por qué es importante para Compliance conocer a fondo los rituales?
Estos actos pueden tener efectos positivos en las organizaciones, como generar confianza, motivación, compromiso o innovación; pero también pueden tener efectos nocivos: fomentar la discriminación, la resistencia al cambio, el aislamiento o el abuso de poder. En otras palabras, los rituales pueden ayudar a crear una cultura de Compliance en la empresa, si se alinean con los valores y las normas que se quieren transmitir. Por ejemplo, si se reconoce el mérito, la integridad o la responsabilidad social de los trabajadores; si se fomenta la participación, la comunicación o la formación; si se respeta la diversidad, la igualdad o los derechos humanos. Pero también pueden ocurrir lo contrario: que los rituales sean una forma de ocultar o justificar conductas contrarias al Compliance. Por ejemplo, si se premia el éxito a cualquier precio, sin importar los medios; si se impone una visión única y dogmática, sin admitir críticas o sugerencias; si se discrimina o excluye a las personas por razones de género, edad o procedencia; si se tolera o encubre el acoso, el fraude o la corrupción.
En las empresas, los rituales pueden tener un carácter reservado para ciertos grupos o niveles jerárquicos, lo que crea una sensación de exclusividad y privilegio.El ejemplo al extremo podría encarnarse en el sistema de evaluación de desempeño de Enron, una empresa que, durante años, convertía en oro todo lo que tocaba. Eran los amos invencibles del universo. Fueron el empleador más deseado hasta que colapsaron en un gran escándalo de contabilidad fraudulenta en 2001. El ritual de la evaluación de desempeño consistía en que un grupo de 20 ejecutivos evaluaba a sus pares cada año, clasificando en dos grupos: los de alto y los de bajo rendimiento. Para los primeros (un 5% de la gerencia) grandes bonos y Ferraris (durante estas ceremonias de premiación estos vehículos de alta gama se amontonaban en la puerta de la empresa). Para los de bajo rendimiento (un 15%), el despido inmediato. ¿Qué podrían hacer los traders para formar parte de las “celebraciones”? La ideología del “share holder value” dominaba el sistema de creencias de Enron, que construyó su propia realidad sobre la alta presión de ser “superior”.
En un estudio publicado en la National Library of Medicine, los investigadores trataron de averiguar los efectos negativos que los rituales de creación de equipos podrían tener en una empresa. Y descubrieron que pueden hacer que los empleados se sientan marginados, a través de cuatro características pueden:
- Segregar a los colaboradores: mediante los rituales de creación de equipos, los investigadores descubrieron que los empleados acaban separándose en "grupos internos" y "grupos externos". Al salir de excursión o hacer cosas que sólo implican a un equipo dentro de una empresa, se empieza a favorecer a este grupo interno frente al externo, provocando segregación dentro de la empresa.
- Erosionar la confianza: en el primer experimento, se pidió a 100 estudiantes que calcularan el número de puntos en diferentes imágenes cada día durante una semana. Antes de hacerlo, a la mitad de los estudiantes se les pidió que realizaran juntos un ritual que consistía en mover e inclinar la cabeza. Después de calcular los puntos de la semana, todos los alumnos participantes jugaron juntos a un juego por dinero.Como resultado, las personas que habían realizado el ejercicio de la semana confiaron más dinero a los que habían participado en el ritual y menos a los que no lo habían hecho.
- Crear prejuicios: los rituales que implican más esfuerzo también aumentan la cohesión de un equipo. En otro experimento con 90 participantes, los investigadores los separaron en tres grupos y asignaron a cada uno tareas diferentes, como realizar un ritual elaborado durante una semana, hacer uno sencillo durante una semana y no llevar a cabo ninguno.El grupo del ritual elaborado había reforzado los lazos entre sus miembros, más que los que realizaron juntos un ritual sencillo o los que no hicieron nada en absoluto. En general, cuanto más esfuerzo y tiempo se dedicaba a realizar un ritual juntos, más se iniciaba y aumentaba la predisposición de una persona hacia su propio grupo.
- Cultivar malas actitudes: para conocer el impacto de los grupos internos y externos, los investigadores rastrearon los procesos cerebrales de los participantes mediante electroencefalografía en el momento en que estas personas recibían retroalimentación. Cuando una persona veía que alguien de su mismo ritual o intra-grupo recibía comentarios positivos, también se sentía recompensada. Sin embargo, si esa persona veía que alguien que no pertenecía a su mismo grupo recibía una retroalimentación negativa, seguía sintiéndose recompensada, alegrándose de la desgracia de esa persona.
Como vemos, es importante que el Compliance Officer conozca los rituales que existen en su organización y analice su impacto, para identificar los rituales positivos y potenciarlos; pero también para detectar los rituales negativos y modificarlos o eliminarlos. Implica ser un agente de cambio que promueva una cultura ética y responsable en la empresa.
La salud del Estado de Resultados no está garantizada sólo por la atención a los aspectos racionales de la gestión: planificación financiera, políticas de personal, control de costos y similares. Lo que es más importante para la sostenibilidad a largo plazo es la cultura de la empresa -los valores intrínsecos, los ritos, los rituales- que influyen decisivamente en su éxito, desde la Alta Dirección hasta cadete recién ingresado. Los Compliance Oficers deberán dominar el arte de diagnosticar el estado de la propia cultura corporativa, entre otros mediante sus rituales, lo que les dará poder para ejercer una influencia significativa (positiva) en la forma de hacer negocios.
La canción "El Rito" (cuyo episodio sinfónico compartimos acá) es una balada compuesta por Gustavo Cerati e interpretada por Soda Stereo, una de las bandas más influyentes del rock argentino y latinoamericano. Fue incluida en el tercer álbum de estudio “Signos”, de 1986.Así pues, tanto "El Rito" de Soda como los rituales en las empresas hablan de la importancia de crear lazos afectivos y de sentido entre las personas, de buscar un equilibrio entre la rutina y la novedad, de darle valor a lo que se hace y a lo que se siente. Ambos expresan una forma de entender el mundo y de relacionarse con los demás, buscando trascender lo superficial y lo efímero para llegar a lo profundo y duradero.
Seguramente Cerati se inspiró en alguna relación personal para componer “El Rito”. Pero nos gusta imaginar que, tal vez, estaba dejando en el estribillo un diálogo cifrado para Compliance en las organizaciones:
“Sueles encontrarme en cualquier lugar
Y ya lo sabes nada es casualidad
Tu misteriosa forma me lastimará
Pero a cada segundo estaré más cerca, más, más.”
Fuentes:
- Coronations: An ancient ceremony (rct.uk)
- The Hidden Power of Workplace Rituals (hbr.org)
- How Ritual Delivers Performance (hbr.org)
- A short guide to corporate rituals | The Economist
- Rituals at Work: Teams That Play Together Stay Together - HBS Working Knowledge
- Cómo usar rituales de equipo para impulsar tu cultura | Por Gustavo Razzetti (fearlessculture.design)
- Queen Consort: Camilla Parker Bowles’ Coronation, Explained (thecut.com)
- El rito (canción) - Wikipedia, la enciclopedia libre