Cuando importa, el compromiso con compliance es bajo

 

En su guía para la evaluación de programas de compliance actualizada en Junio del año pasado, el Departamento de Justicia de los EEUU (ver acá) formula tres preguntas fundamentales para evaluar si un programa es efectivo. Una de ellas es si el programa funciona en la práctica. Responder esta pregunta en una investigación de un “incidente”, es difícil, como la misma guía aclara en su capítulo III.

Uno de los parámetros a mirar es si en la empresa existe una cultura de compliance (Capitulo III A). En este contexto cultural, la guía resalta la importancia (1) del compromiso de la Alta Dirección y del middle management con el programa de compliance y (2) su persistencia con este compromiso “frente a intereses u objetivos empresariales contrapuestos”.  (Capitulo II A).

NAVEX Global encuestó a más de mil ejecutivos haciéndoles exactamente estas dos  preguntas sobre el liderazgo en su organización. Los resultados, publicados en el informe sobre el compromiso de los lideres con compliance de 2021 (acá) son, en las palabras de NAVEX “preocupantes (aunque no sorprenden)”:

El lado positivo de las respuestas es que más del 70% de los encuestados dijo que la Alta Dirección de su empresa demuestra su compromiso con el programa de compliance y que este compromiso se observa todavía más en el middle management (75%).

Sin embargo, la persistencia con este compromiso baja fuertemente cuando se presentan intereses de negocio enfrentados con el programa de compliance: Se redujo al 46% para la Alta Dirección y al 38% para los gerentes.

Mirando los resultados bien, son todos malos: Que casi el 30% de la Alta Dirección ni siquiera demuestra un compromiso con compliance, sorprende. Declamar en forma abstracta un compromiso con compliance es fácil y muy común, es como la línea de base en el mundo de los negocios. Parece sin embargo que a un número alto de ejecutivos contrariamente a lo que se cree todavía no les llegó el mensaje. Teniendo en cuenta que NAVEX realiza sus encuestas en empresas grandes, donde compliance al menos en la teoría juega un rol mayor que en PyMEs agrava la situación.

Que el compromiso con compliance baje considerablemente (a alrededor de 40%) cuando esté puesto a prueba en situaciones con intereses contrarios, el negocio no sorprende. Siempre resulta más fácil tener buenas intenciones que realizarlas. Por la misma razón fracasan las buenas intenciones de año nuevo. Faltan los incentivos que nos hacen actuar en consecuencia.

Aprendizaje: Si no logramos aumentar el compromiso con compliance también en situaciones difíciles, no llegamos a ningún lado. La llave está en los incentivos: Demasiado a menudo se espera un comportamiento y se incentiva otro. Esto se sabe, y no desde ayer como lo demuestra el famoso artículo de Steven Kerr (ver aquí). Es hora de actuar y adecuar los sistemas de evaluación y de incentivos.