Discriminación es una de las top 3 preocupaciones de los Compliance Officers. Discriminar es feo. No admitimos hacerlo. Pero lo hacemos: Discriminamos por género, por edad, por color de piel, por nacionalidad, etc.
Si quieren averiguar su nivel de discriminador (y probablemente llevarse una sorpresa), tomen el test de la universidad de Harvard (ver aquí). Hay varios: Uno testea prejuicios de género, otro prejuicios de edad, otro prejuicios de color de piel, etc. Varios están también en castellano. Los tomaron millones de personas, especialmente al test de prejuicios raciales.
Entre 70% y 80% de los participantes blancos muestran prejuicios negativos respecto a personas de color. Son las mismas que antes habían dicho que el color de la piel no les importaba. Son probablemente personas que se describirían como abiertas, liberales y tolerantes. Es como si son a la vez racistas y anti-racistas.
Es posible?
Desde los trabajos de Daniel Kahneman y Jonathan Haidt (y otros) se sabe que en nuestro cerebro trabajan las emociones y experiencias con rapidez y la racionalidad no tanto y solo cuando le damos lugar. El Premio Nobel de Economía Kahneman habla de los sistemas 1 (las emociones y experiencias) que es rápido y eficaz y 2 (la racionalidad) que es analítico pero vago. El Profesor Jonathan Haidt compara el mecanismo de decisión subconciente, el sentimiento con un elefante y el analítico con su jinete. El jinete puede manejar al elefante, pero le resulta difícil. En la mayoría de los casos gana el elefante. El elefante decide con gran rapidez, pero no le importan mucho las sofisticaciones analíticas. Se lo hace fácil: Una situación le parece peligroso o no. Por las dudas opta por la solución que preserva la seguridad. Mejor confundir un palo con una víbora que al revés.
En todo momento, nuestro cerebro almacena las experiencias que estamos haciendo. Y cuantas más veces aparece una experiencia, más intenso es el almacenamiento: Vemos una documentación sobre víboras peligrosas diez veces, el cerebro lo almacena diez veces. Cuantas más veces tenemos las mismas experiencias, más clara la opinión de nuestro elefante y más rápida su decisión, no en forma arbitraria, sino en forma subconciente basada en las vivencias.
Es una de las razones por las que nuestro entorno, nuestras experiencias condicionan nuestras decisiones y son la causa de nuestras discriminaciones. Toda la vida vemos el color blanco asociado a algo positivo: Familia, amigos, colegas, luz, ángeles, ternura. En cambio, el color negro es sinónimo de suciedad, oscuridad, fealdad, muerte, bombas, guerra.
Entrenamientos en anti-discriminación, especialmente anti-racismo empiezan por eso a menudo con preguntas personales: Cómo fue tu entorno de chico y como es ahora? Tuviste alguna vez un maestro/profesor/conocido/amigo/jefe de otro color de piel? Probablemente nuestras vidas se muevan entre blancos.
No sorprende que nuestro elefante no entiende, cuando en el implicit test ve palabras positivas junto a caras de color. No lo encuentra así en su almacenamiento de experiencias. No hay ningún registro que coincide. Peor, el elefante encuentra solo registros negativos: Trabajo en negro, tipo de cambio negro, noche negra, “lo veo negro”, oveja negra, el diablo etc. En nuestras sociedades occidentales estos mensajes son tan dominantes que incluso las personas de color las internalizan. En los test de implicit de Harvard, casi la mitad de ellos muestran prejuicios contra personas de color, es decir, contra ellos mismos.
El elefante, su jinete y los resultados de los test de implicit tienen unos mensajes para los Compliance Officers y Directores de RRHH en su lucha contra la discriminación y especialmente para el diseño de entrenamientos en el tema (vea sobre la creciente importancia del tema de anti-discriminación para el área de Compliance acá)
No tiene mucho sentido hablarle al jinete, es decir, apelar a la racionalidad. Hay muchísimos y excelentes argumentos pero la cosa no pasa por ahí. Los resultados pobres de los entrenamientos en anti-discriminación tradicionales, son la prueba.
Hay que hablar con el elefante.
Un experimento demuestra como lograrlo: A algunas personas que iban a hacer el implicit test les mostraron antes del test imágenes de héroes negros: Martin Luther King, Michael Jordan, Eddie Murphy, etc. y fotos de malvados blancos como Charles Manson, Hitler, Bernie Madoff. Los que vieron estas fotos en el test mostraron niveles mucho más bajos de prejuicios contra personas de color. La experiencia: blanco igual a bueno y negro igual a malo se había sobrescrita por otra.
Hay que trabajar la repetición de experiencias de nuestro elefante, en la sociedad y en la empresa. No solo respecto a prejuicios contra personas de color. Lo mismo vale para otras discriminaciones: por edad, genero, nacionalidad y similares. Hay que mostrar y premiar estas personas y darles visibilidad positiva. En la empresa con posiciones de responsabilidad y de alta visibilidad, con imágenes y historias en los medios de comunicación y la publicidad.