María Daniela Luque
Compliance Officer Instituto Massone
- ¿Cuánto tiempo ha estado trabajando en el área de Ética y Compliance?
Hace más de 20 años que trabajo en un laboratorio exportador, los últimos 10 a cargo de Comercio Exterior y el año pasado me plantearon este desafío. Siempre el cuidado de la integridad de las operaciones y la observancia de la normativa, que en nuestro país a nivel cambiario y aduanero es profusa y cambiante, fueron pilares en la gestión del sector.
- ¿Qué soñabas con ser cuando fueras grande?
Siempre sentí un tironeo entre la psicología y la administración… Finalmente estudié Psicología pero desarrollé toda mi carrera en el ámbito empresarial y estoy trabajando en la tesis para obtener el MBA que terminé de cursar el año pasado. Creo que esa niña estaría satisfecha con el camino recorrido.
- ¿Cuáles son las cualidades que debe poseer un Compliance Officer?
Entiendo que un Compliance Officer debe ser en primer lugar una persona comprometida personal y profesionalmente con la Integridad. Por supuesto debe tener la capacidad técnica y profesional para detectar y comprender los riesgos asociados a cualquier actividad empresarial y sus posibilidades de mitigación. También son importantes las habilidades comunicacionales para generar un marco de interpretación acorde a la cultura de la empresa que se refleje en el compromiso y las decisiones cotidianas de los colaboradores.
- ¿Qué es lo más retador y que más te recompensa de tu posición?
Los desafíos son múltiples, y nosotros encarando un plan de integridad tan jóven tenemos mucho por hacer, pero también la energía y el entusiasmo necesarios.
Da satisfacción recorrer la empresa en todos sus procesos con una mirada diferente y sentir que estamos colaborando para tener organizaciones sanas y en la búsqueda de mejora continua también en estos temas.
- ¿Qué consejo le darías a un nuevo profesional que comienza su carrera en Ética y Compliance?
No estoy en posición de dar consejos desde este rol, me queda mucho camino por recorrer, pero sí desde mi experiencia entiendo que para cualquier posición de responsabilidad es fundamental la coherencia, la formación continua, el contacto permanente con otros profesionales y la búsqueda de nuevas y mejores herramientas. Nunca el “siempre se hizo así” debe ser la última respuesta. Confiar en la experiencia y el aporte que puede hacer cada miembro del equipo nos enriquece y nos abre nuevas perspectivas.
